
En ocasiones nos sentimos diferentes porque desconocemos lo que nos sucede. En estas situaciones resulta beneficioso que el psicólogo aporte información al paciente sobre el problema que está experimentando, contestándole a muchas de sus preguntas, como pueden ser:
- ¿Qué me ocurre?
- ¿En qué consiste?
- ¿Cómo se llama lo que me ocurre?
- ¿Por qué ocurre?
- ¿Cómo es el tratamiento?
Aportarle a un paciente un diagnóstico y psicoeducación sobre su problema, podría ser algo así como encajar la primera pieza del puzle.