Como pudimos observar en este artículo, hay factores propios de la organización y otros personales.
Generalmente, los organizativos son difíciles de cambiar. Sin embargo, si podemos trabajar los personales, llevando a cabo ciertos cambios que nos permitan evitar añadir una carga extra de estrés. Veamos algunos ejercicios de cada uno de los factores personales que producen estrés:
Autoexigencia
Nivelar la autoexigencia
¿Te pides demasiado a ti mismo, te fijas en unas metas muy elevadas y te esfuerzas más allá de tus capacidades? Esto frustra y socava tu autoestima. Está bien ser exigente, pero no demasiado, fíjate en metas más realistas y se tolerante y flexible contigo mismo, ajústate a tus posibilidades y a las del entorno que te rodea.
Ejercicio:
Dedica en los próximos días, algunos momentos a la siguiente tarea: analiza las metas que te has propuesto, especialmente en aquellas tareas que te resultan más estresantes, y sustitúyelas por otras más realistas y moderadas que seas capaz de cumplimentar con una mayor comodidad.
Autocrítica
Libérate de la autocrítica
“Soy un mal profesional”, “No soy capaz de realizar mi cometido correctamente”, “todo me sale mal”. Esto produce sensación de poca valía, inutilidad y baja autoestima. Somos lo que pensamos que somos.
Ejercicio:
Combate este negativo hábito mental. Para cada uno de tus pensamientos negativos, elabora una autoafirmación positiva. Si es necesario escríbelas y léelas cada vez que te asalte uno de esos falsos y destructivos mensajes.
Empatía
Se empático sin pasarte
La empatía es una hermosa cualidad, imprescindible para el establecimiento de unas relaciones interpersonales de calidad, pero en su justa medida. Si te involucras demasiado emocionalmente, llegas a identificarte con los demás, con sus problemas, estas más predispuesto a desgastarte, porque derrochas energía en lugar de dosificarla adecuadamente. Te quedarás sin pilas.
Ejercicio:
Objetiva, y sobre todo, desconecta. Resulta necesario cierto distanciamiento emocional. Trata de controlarlo. Si ves que pasado un tiempo sigues conectado a la situación con la que empatizaste prueba a realizar una actividad agradable que te absorba.
Negatividad
Cambiemos la visión negativa
¿Tiendes a recordar las vivencias que han resultado adversas y a olvidar las favorables? Realizas un filtrado tanto del pasado como del presente: empleas una atención selectiva y parcial que te lleva a fijarte en lo negativo que te ocurre obviando aquello que tiene el signo contrario. Por muy mal que resulten las cosas, todo no es negativo, siempre hay algo positivo. Otra cosa es lo que tu quieras ver. Trata de ver TODA la realidad en su conjunto y no sólo la parte más negativa de la misma.
Ejercicio:
Dedica todos los días un momento para ejercitar y refrescar tu memoria de los hechos positivos del pasado y de los que te van ocurriendo en el presente. Anótalos en una libreta. Verás como la lista va creciendo, y poco a poco va cambiando la negativa visión de ti mismo que te ha estado dominando hasta ahora. Esto influye en tu forma de ver el futuro.
Absolutismo
Evita el pensamiento absolutista o dicotómico
Cuidado con los pensamiento que empiezan por la palabra: nunca, nada, todo, siempre, jamás, todo el mundo, nadie, etc. Están basado en una distorsión de la realidad que te lleva a ver como ley universal lo que es cierto sólo en algunas ocasiones. Es cuando se ve la vida en términos extremos o blanco o negro.
La vida en raras ocasiones es así. Fíjate en el suelo de esta habitación, ¿está completamente limpia o completamente sucia?, puede que esté parcialmente limpia aunque existan zonas sucias. ¿Existe alguien completamente guapo o completamente feo? Nadie es perfecto. Relativiza las cosas. No hay nada absolutamente blanco ni totalmente negro.
Cuestiónate tus generalizaciones. Es una buena manera de contemplar una realidad más objetiva, más racional. Es una manera de tener una actitud más positiva y de hacerte menos daño.
Ejercicio:
Cada vez que emplees algunos términos absolutistas haz un esfuerzo por descubrir una excepción, una ocasión en la que las circunstancias contradijeran lo que ahora están dando por certeza absoluta. Destierra tus palabras más absolutistas y piensa en términos más relativos: a veces, es posible que, algunas personas, etc.
Y para terminar, una técnica de relajación
Técnica de relajación en imaginación:
Las técnicas de relajación nos ayudan a liberar la tensión física, mental y emocional. Son herramientas muy útiles que podemos poner en práctica siempre que nos encontremos inquietos. Aprende a relajarte y tu actitud ante la vida cambiará.
Opiniones de clientes
Te dejo los enlaces a mis perfiles en diferentes plataformas, donde podrás obtener más información, valoraciones y reseñas sobre mis servicios:
Deja una respuesta